Cuando ayudar se vuelve mi nuevo propósito de vida

“Los días más importantes de tu vida son el día que naces y el día que descubres, el por qué has nacido”. Mark Twain

Hay quienes se pasan toda su existencia tratando de encontrarle el sentido a la vida, a veces, pasa que nunca lo descubren y viven frustrados por ello. Esto es debido a que se nos ha inculcado que nuestro propósito de vida tiene que ser grande y maravilloso, de acuerdo con las expectativas de la sociedad. Muchas veces se nos olvida que la felicidad la encontramos en las cosas más sencillas.  

Tony Hsieh define tres tipos de felicidad: placer, pasión y propósito de vida. Y aunque en el contenido de hoy nos centraremos en el último, en el transcurso de este artículo verán cómo las tres están directamente relacionadas. 

Aprendiendo a encontrarme

Vivir con propósito no se trata de quién tiene mayor éxito o quién gana más dinero. Y aunque lo logres y te den felicidad momentánea, eventualmente terminarán por alejarte de lo que verdaderamente importa: el bienestar y la armonía.   

La vida está llena de metas, desde lograr el trabajo de tus sueños hasta ayudar a los demás. Así que, ¿por qué luchar por uno? Si se pueden trabajar por varios, que ayudarán a alcanzar la plenitud. Cuando vivimos con propósito notarás como poco a poco nuestro ser, nuestros hábitos y nuestra vida cotidiana cambian.  

Creemos que los propósitos se logran con los años, lo cierto es que no importa la edad que tengas, nunca es mal momento para empezar a trabajar en ello.  

Transcendencia de emprender mi proyecto personal

Tener un propósito de vida es importante por muchas razones, tales como te ayuda a definir prioridades; delimita el punto de partida para saber a dónde vas; sirve para aceptar el presente y, sobre todo, es el principal motor para mantener una motivación constante. 

No te sientas mal o no te presiones si aún no lo hallas. Encontrar el propósito o los propósitos de nuestras vidas debe ser un proceso de encuentro, armonía, placer y pasión; el cual debes disfrutar.  

Si, por lo contrario, te produce ansiedad y es un suplicio lo anterior, debes hacer una pausa, respirar y analizar con calma qué puede estar yendo mal. 

Quizás te estás presionando mucho, también puede que te estés enfocando solo en una cosa o en algo que no te apasione. Puedes aprender a ser más empático contigo mismo, posiblemente puedes estar siendo muy duro contigo mismo. Dicen que los mejores amigos de la crítica somos nosotros mismos.  

Calma, un paso a la vez y verás como todo irá fluyendo.   

Cuando ayudar se vuelve tu propósito

“He comprendido que mi bienestar solo es posible cuando reconozco mi unidad con todas las personas del mundo, sin excepción”. León Tolstoi

Pensar en nosotros mismos es vital para nuestra salud mental, cuando nuestro bienestar es adecuado, mejoramos la capacidad de ayudar a los demás. Esto adquiere un rol importante que permite apoyar en la resolución de problemas, recibir retroalimentación y hacer parte del desarrollo de las personas.  

Con lo anterior, reafirmamos la importancia de ayudar a los demás, el cual puede hacer parte de tus propósitos y ¿qué sucede cuando ayudar se vuelve parte de tu proyecto de vida?  

El primer paso será encontrar una causa que te motive a ayudar a los demás, como hacer parte de fundaciones de ayuda a la mujer, organizaciones medioambientales, entidades de apoyo psicosocial a los niños y niñas, entre muchas más.  

Una vez hayas elegido la causa, piensa por qué lo estás haciendo, cómo lo harás, con qué recursos dispones y cuál es el tiempo con el que cuentas. Recuerda que el propósito te debe llenar de placer y apasionar.  

No te obsesiones con alcanzar la felicidad, simplemente disfruta cada proceso.  

Como un regalo por haber llegado hasta aquí, te ofrecemos la ‘Guía para ser un poco más felices’ en un formato que siempre pueda acompañarte: