¿Cómo enseñar a los niños y niñas a resolver sus problemas emocionales?

Uno de los grandes retos que tienen los cuidadores o los abuelos para evitar los problemas emocionales en los niños, está en la crianza. No obstante, lo anterior, no solo dependerá de la crianza sino también de otros factores que terminan siendo la suma de todo.  

Para Sheidy del Toro, especialista en Psicología Clínica, Infancia y Adolescencia, las principales afectaciones en los niños y niñas “empiezan desde casa”. Es decir, “ellos son como esponjas que absorben cualquier tipo de información o vivencia de su vida cotidiana”. 

 Por esta razón es importante intentar brindarles una buena crianza y velar por que el ambiente donde se críen sea igual de sano. Cuando ninguno de estos factores sea da, empiezan a surgir inconvenientes, Del Toro explica que, para saber si un menor padece de problemas emocionales “el primer síntoma es observar el comportamiento”. 

¿En qué consisten los problemas emocionales?

Este es un término que hace referencia a problemas comportamentales del niño o a la niña, es decir, cuando el infante pasa por cambios de estado de ánimos a comportamiento que irrumpen “las dinámicas cotidianas del hogar”. 

¿Cómo saber si mi pequeño puede estar presentando problemas emocionales?

Del Toro explica que algunos síntomas para detectar si el menor a tu cargo puede estar presentando problemas emocionales son: 

1. Dañan sus juguetes. 

2. Sienten constante irritabilidad. 

3. Empiezan a bajar su rendimiento en el colegio. 

4. Se sienten inconformes. 

5. Empiezan a presentar cambios en su alimentación. 

6. Presentan cambios en los ciclos del sueño. 

7. Tienen pérdida de interés por actividades que disfrutaban. 

Para esto, primero hay que hacer un seguimiento en el comportamiento del pequeño o la pequeña, y ver el contexto en el que se presentan las situaciones. A veces, las malas actitudes pueden ser resultado de un mal día, pero si, por el contrario, esto persiste lo ideal es acudir a un profesional de la salud mental. 

TIP 

La inteligencia intrapersonal nos permite convivir con los demás y la interpersonal nos ayuda a comprendernos a nosotros mismos. El desarrollarlas a una edad temprana permite que de adultos nos sepamos desenvolver mejor en la sociedad. 

Consejos para los cuidadores

Si notas cambios abruptos de comportamiento en el menor, notificar a los padres será el primer paso, pero mientras, otras formas de ayudar son las siguientes:  

1. Involucrar a los niños y a las niñas en las actividades que sueles hacer cotidianamente.  Ambos deben disfrutar del proceso y lo más especial de esto, es que ayuda a generar vínculos. 

2. Incentivar la regulación de los dispositivos tecnológicos, evitando así, el uso excesivo que pueda generar cambios inadecuados en la vida de los niños y niñas. 

3. Ayudar a gestionar sus emociones. Es importante que desarrollemos la inteligencia emocional de los niños, para que de este modo puedan comprender por qué se sienten de esa manera y sepan afrontar situaciones complicadas.  

4. Promover actividades físicas divertidas para los niños y niñas, que les permita desarrollarse y los ayuden a liberarse. 

5. Tener paciencia. Debemos emplear la empatía con ellos, y enseñarles que la rabia o la frustración no son la manera de solventar los problemas. 

6. Buscar recursos lúdicos que ayuden a que el menor se calme durante momentos de crisis, como: dibujar, respirar, emplear la técnica de imitación, contarles una historia, entre otros. 

En Legado Solidario, reconocemos que la salud mental de los niños y niñas es derecho primordial, y esta es una de nuestras luchas diarias con aquellos que no tienen completo acceso a ella. Ayúdanos a seguir protegiendo la niñez.